miércoles, 1 de febrero de 2006

Los Cien Mil Hijos de San Luis

Angulema y Fernando... por este orden

Pero… ¿eran de verdad cien mil o es que los contó la COPE? ó ¿cómo se las apañaron para llamar a casa y decir que habían llegado bien? En realidad, el ejército expedicionario francés “sólo” tenía 95.062 hombres que entraron en España en 1823 para reponer en el poder absoluto y molón a Fernando VII, alias El deseado, y acabar con un trienio liberal que no iba demasiado bien, pero acabó como el rosario de la aurora.

Todo empezó tres años antes, cuando Rafael del Riego se sublevó en Cabezas de San Juan como colofón a la desconfianza sembrada entre el pueblo y, sobre todo, entre aquellos mandos que se habían dejado el alma durante la guerra de la Independencia defendiendo la causa del “deseado”. En injusto y miserable pago, desde su llegada, Fernando VII se había cargado de un plumazo todas las reformas que intentaban sacar a los españoles de su secular atraso, empezando por la Constitución de Cádiz. Riego, aprovechó que en los puertos gaditanos se preparaba un ejército expedicionario con el que hacer frente en Venezuela al General San Martín y, con la ayuda de una mayoría de oficiales de tendencias masonas, se levantó contra el Rey y contra lo que ese zafio ser representaba.

En un principio, Fernando intentó hacer frente a la situación pero una delegación de liberales se presentó en su palacio y exigió al Rey que jurase la Constitución por las buenas o por las malas. “El incapaz”, temiendo por su vida y aconsejado por algunos generales de su cuadrilla, lo hizo a regañadientes, solo para darse la vuelta acto seguido y ponerse a conspirar apoyándose en la ingente cantidad de dinero público que aún controlaba. Mientras tanto los liberales, un poco emborrachados de tanto éxito, no consiguieron encauzar sus buenas y mesuradas ideas para modernizar España y se acabaron imponiendo los rencorosos, los arribistas… los advenedizos: se requisaron propiedades, se encarceló a todo aquel sospechoso de conspirar y, sobre todo, se empezó a perseguir con saña al clero; craso error, pues España era aún un país de castellanos viejos, y el vulgo no aceptaba de buen grado a aquellos que cuestionaban la bondad del reino de los cielos.

En estas “El meningítico” hizo unas llamadas, y tras oír sus lamentos y quejidos, el Zar de Rusia, el Emperador de Austria, los Soberanos de Nápoles y Prusia, y el Embajador de Francia se reunieron con carácter de urgencia para tomar café, aprobando por unanimidad el inicio de inmediatas gestiones para devolver la situación española a su estado original, esto es, Fernando VII dando por saco y el pueblo español engañado, muerto de hambre e imposibilitado de hacer otra cosa que no fuera aprenderse el santoral. El 3 de abril de 1823, el Duque de Angulema, que era además de realista no era mala persona, atravesó el bidasoa y entró en España con los noventa y cinco mil gabachos; semanas más tarde había tomado Madrid, Barcelona, Zaragoza y La Coruña. El pueblo español, demostrando una vez más su innata capacidad para matarse entre sí, se lanzó a la calle al estúpido grito de “Vivan las caenas y muera la nación”, harto de liberalismo, de banales promesas y de conceptos políticos que, sobre todo, no entendía; durante el mes de julio se desencadenó en nuestro país una verdadera “represión civil” y se mató y encarceló a discreción. Angulema, escandalizado, intentó controlar la situación pero aparte de que ésta le superaba, cuando informó por carta a su Rey de que se mataban liberales por todo Madrid, Fernando le respondió: “Ya está bien. Sólo aseguraros que no deja de sufrir ninguno…”

Sólo quedaba Cádiz. Los liberales reunidos en Cortes ordenaron a los restos de su ejército una salida contra los franceses que acabó en un tremendo descalabro. Mientras tanto, Riego desembarcó en Málaga con la intención de levantar el ánimo de los suyos, pero la situación era desesperada. Las tropas francesas rodearon el Trocadero gaditano y desencadenaron un asalto frontal que consiguió abrir una brecha en las murallas. El 31 de agosto, Angulema entró en la ciudadela, solo para contemplar a millar y medio de compatriotas muertos, algunos aún en posición de cargar sus cañones. El general, muy a su pesar, siguió las instrucciones de su Rey: se desencadenó una represión brutal, los liberales apresados intentando huir a Gibraltar fueron ajusticiados, Riego fue ahorcado frente al madrileño "mercado de la Cebada” y los soldados franceses por fin pudieron emprender el camino de regreso a casa… quizás sin explicarse aún porqué debían de detenerse de cuando en cuando a impedir un saqueo, una violación o un asesinato… de un español contra otro.

Fernando VII “El tontaina” ha sido sin duda el peor, con diferencia, de todos los monarcas españoles. Su odio, su inquina, su oposición a todo lo que no fuera el más despiadado absolutismo, no conocía límites y destrozó una oportunidad única de modernizar y desarrollar a España y a sus ciudadanos. Sin este lastre es casi seguro que nuestro penoso siglo XIX hubiera sido distinto y mejor. Pero ni siquiera alguien como Fernando VII puede hacerlo todo mal y acertó en un par de cosas: En primer lugar dejó, sin proponérselo, un perfecto manual a las generaciones posteriores de cómo no se puede reinar bajo ningún concepto; si tiene oportunidad, Leonor deberá hacer justo lo contrario y España será feliz por los siglos de los siglos.

¿Sabéis cual fue la otra?

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con la solución que da Dianora.Añadir que suprimió la Inquisición y creo el Museo del Prado.Claro está, que lo que hizo bien, le debió salir sin querer...El "tontuelo", como le denominas generosamente, era una contradicción con piernas.Supongo que una vida marcada por las intrigas le volvió un pelín paranoico, influenciable,brutal en su comportamiento personal y en el ejercicio del poder. Una "joya",que su primera esposa, Maria Antonia de Nápoles describió como "persona fea y sin gracia física o moral, bruto, rechoncho,de piernas curvas y voz sumamente desagradable, antipático y completamente imbécil".
El sobrenombre "Deseado",responde a la necesidad que tenía el pueblo de personificar el símbolo monárquico, de luchar contra el despotismo de Godoy y la tiranía de Napoleón."Embotado y pasivo", sin preparacón para gobernar.
Al margen de este perfíl, siento curiosidad por el papel que jugó la Masonería en este periodo...

Un abrazo

almena dijo...

"El Narizotas", como le llamaba el pueblo, ¿dos cosas hizo bien? ¿tántas?.

Anónimo dijo...

Un personaje que destacó en esta época tan revuelta es sin duda Juan Martín Díez, conocido como El Empecinado. Empezó por luchar a favor del rey y terminó enfrentándose a él debido a sus ideales de justicia y libertad y no me extraña ya que después de estar esperando el regreso de este rey - por eso le llamaban el deseado - cuando llegó a España no se pudo portar peor con quienes lo habían defendido.
Coincido contigo en que fue el peor rey de este país, pero desgraciadamente su hija y sucesora no lo hizo mucho mejor.
Un abrazo

Anónimo dijo...

...Ya redondeaban desde entonces, porque cinco mil soldados arriba o abajo daba igual, ¿verdad? Los países vecinos siempre se han reunido para echarnos una mano... ¡al cuello o a donde han podido!
Oye, CaboBlanco, me vas a permitir que te enlace: no quiero perder el hilo... SALUDANDO:
LeeTamargo.-

Portobello dijo...

Mañana me voy a deleitar con los cien mil hijos de San Luis en el desayuno...tus "historias" me gustan. Gracias por tu visita, me encantó! como toda mujer un poquín vanidosa...

Turulato dijo...

Incapaz de comentar..
Personaje repulsivo. Pero no hay personaje sin seguidores.
Que nadie le eche todas las culpas a él; ní a ningún otro similar.
Sin el apoyo de una masa de personas y de ciertos grupos de intereses, ninguno hubiera tenido transcendencia.

En nuestro momento, es fácil saberlo. Basta contar el número de votos de gobernantes (?) iluminados, torpes y soberbios.

Que nadie se llame a engaño. Para plantear un ejemplo que no suele permitir muchas disquisiciones...
Adolf Hitler tuvo detrás a muchos alemanes. Le votaron en las elecciones.
Y ní las elecciones ní los votos evitarán que sea un genocida.
O sea que menos teoría barata de conversos democráticos, justificadores de todo desmán propio y egoista..

Mar dijo...

En primer lugar gracias por visitarme.
Espero que te hayan gustado las fotos!
Y en segundo lugar...gracias a tí, por descubrirme cosas que no sabía!
He encontrado muy interesante tu blog...y si me lo permites seguiré pasando por aqui!!

El Navegante dijo...

Estimado Caboblanco:
tienes una increíble capacidad de volcar en este prestigioso blog, los frutos de tus horas y horas de investigación.
Debo confesarte que no puedo estar al altura de los acontecimientos para poder acompañar con mis comentarios como desearia, tus entradas tan fluídas e interesantes.
para n o hablar "en blanco" o con meros cunplidos cosas incoherentes con tus palabras, tan sólo vengo a saludarte, prometiendo buscar el tiempo nuevamtne , para poder concentrarme en tus reseñas, sin dejar por eso de decirte que ienes todo mi reconocimiento por esta labor excelente de un verdadero historiador profesional
Te envío un fuerte abrazo

Anónimo dijo...

Creo que fue un desastre de Rey y lo único que recuerdo de su reinado es la persecución de los liberales,la derogación de la ley Sálica y restableció el absolutismo con la ayuda de Francia y una cancioncilla cantada a tres voces,(las monjas del coro )y nosotras en el patio, decia asi: cuando Frenando septimo usaba paletó, cuando fernando id di, usaba paleto, usaba paletó. después se cambiaban las vocales y decia así quende fernende septeme esebe peleté
etc, despues con la i , y así sucesivamente todas las vocales, nos lo pasabamos bien en los recreos y clases de canto,era cantada a tres voces.
Más que una crítica histórica que ya la has heco tu con el acierto de siempre,voy a intentar hacer una crítica estética del cuadro de Goya, no artística,porque creo que Goya se vió obligado a realizarla. Con todos mis respetos majestad el estilista de la época no acertó mucho que digamos en el peinado,la patilla derecha se le cae el flequillo demasiados trasquilones,la nariz se le cae sobre el mentón y este tiende a la huida porque cree sobrar, cejijunto y orejón,en cuanto al vestuario creo que fue vestido por Agata Ruiz de la Prada.He sido corta por no cansar. Muchas gracias Caboblanco por tu constante información histórica si no fuera por ti, muchas cosas estarían olvidadas .Un abrazo Nina.

Juan Antonio del Pino dijo...

Uno de los peores,sino el peor, reinado en la Historia de España.
Su hija, Isabelita, no es que lo hiciera mucho mejor, que la chica bien merece un largo y minucioso (y escandaloso)post...de tal palo, que dicen...
¿no fue él quien dijo:
-"Vayamos, y yo el primero, por la senda Constitucional"
Simpático muchachote.
Por lo demás, no sabía del triste final de Riego.
un placer leer este blog,como de costumbre

Portobello dijo...

El siglo XIX fue un verdadero lastre para España, y veo que les gustaba ya redondear las cifras. Curioso que la historia se repite siempre, ahora seguimos con esa saña, sin matarnos todavía, pero a veces da la impresión como si nada hubiera cambiado, el clero, los aristócratas y los privilegiados siguen dando por culo, y encima tenemos que aceptar un reinado impuesto? creo que el siglo XXI es el fin de los reinados...un abrazo

Anónimo dijo...

Otra amena e instructiva lección de historia, esta vez más reciente en el tiempo, no por ello menos interesante.
Un abrazo

Raúl dijo...

Otro interesante capítulo de la historia española. Que de alguna manera, es también parte de la historia de latinoamérica.

(Nosotros en Colombia hemos tenido gobernantes bastante malos... Así que esta historia no me resulta nada ajena)

Saludos desde Bogotá,

Luis Caboblanco dijo...

Buenas noches a todos.

Pues sí, una auténtica joya; Pero la decepción fue mayor por lo que prometía… Cuenta Mesoreno Romanos que el día de su entrada en Madrid, su caballo blanco era materialmente llevado en volandas por la multitud. Por eso su incapacidad fue aún más lamentada y perceptible… porque rara vez tuvo un monarca el apoyo de su pueblo como éste señor al principio de su reinado. Su hija, tampoco lo hizo mejor, pero al menos parecía que no era mala persona.

Efectivamente Turu: Hitler fue en un principio un respetable dirigente democrático surgido de las urnas. Es la servidumbre aparejada a poder elegir: correr el riesgo de equivocarse.

En cuanto a lo de la masonería, yo no hablaría de intervención de esta corriente como tal tendencia de pensamiento, sino a la presencia en determinados cuadros del ejército, sobre todo a nivel de oficialidad hasta capitán, de jóvenes relacionados con la masonería a causa de su pertenencia a “Sociedades secretas”. Éstas, estuvieron muy de moda en el siglo XIX en España, a causa de la facilidad para conspirar de sus integrantes, gracias al secretismo que las rodeaba. También parece que masones españoles, como Riego, estuvieron muy relacionados con compañeros de Logia del otro lado del charco…

Javier Burbano dijo...

Pocas veces se ha visto un rey tan zafio y rastrero como Fernando VII. Fue muy dañino para España. ¡Pero es que ha habido tantos que han dañado España! Desde los rapiñadores romanos a partir de las guerras púnicas, el terrorífico Marco Porcio Catón y sus seguidores que esquilmaron de riquezas y gente este país, no hubo nada más que guerra y destrucción hasta el siglo I. Ahora se admiran los logros de la civilización romana, pero yo creo que no nos hemos llegado nunca a reponer, sobre todo de la sangría de gente (al menos en Aragón y Castilla)

Galufante dijo...

La derogación de la ley Sálica que impedía la coronación de un monarca femenino...Acerté?

Agur.

Anónimo dijo...

Todo es mas ameno y entretenido leido aqui..